Se dibujó en mi mente
como un bosquejo,
como una ilustración fiel
de lo que sería el futuro
tan sutil e instantáneamente veloz
que ni siquiera pude percibirlo,
sin embargo hoy
que las imágenes se hacen presente
frente a mis ojos,
lo recuerdo.
Nadie se siente mal ni bien porque sí
siempre atrás de un malestar o dolencia
o de un estado de alegría o euforia
existe un origen, un motivo.
Todos (sin darnos cuenta) somos constructores
de nuestro propio camino
con nuestras decisiones y nuestras acciones
vamos generando la senda
por donde iremos a transitar
nuestra existencia.
La costumbre del día a día
y el acomodarse a la tibieza
de una vida relativamente tranquila
y entre comillas ordenada
nos va haciendo perder la capacidad
de la plenitud y la satisfacción
de nuestro ser y nuestra esencia
confundiéndonos continuamente
y proponiéndonos metas que de antemano
son inalcanzables y así de esa manera
tener la excusa perfecta
de que si algo va mal, no es por nosotros
sino que es culpa de los demás.
El estar tranquilo y en armonía
con uno mismo y con el Universo
que nos rodea y nos protege
es la tarea más sencilla
y la más difícil
a la que debemos enfrentamos todos los días
sin embargo por terquedad o por ignorancia
seguimos cometiendo
los mismos errores una y otra vez . . .
pero no te desalientes
porque de la misma manera que el sol
hace transcurrir el día
y cuando llega la noche obtenemos
un descanso reparador,
llegará el tiempo en que
por aprendizaje, por aceptación o simplemente
porque en algún instante de nuestras vidas
aflore la comprensión suprema
será, en ese momento.
en que nos podamos sentir
parte de un todo.
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